INMACULADA: TEOLOGÍA PURA DE MARIA
- comunidad monástica
- 7 dic 2019
- 7 Min. de lectura

Solemnidad de la Inmaculada
Concepción de la Virgen María.
Domingo, 8 de diciembre de 2019
Primera lectura
Lectura del libro del Génesis (3,9-15.20):
Después que Adán comió del árbol, el Señor llamó al hombre: «¿Dónde estás?» Él contestó: «Oí tu ruido en el jardín, me dio miedo, porque estaba desnudo, y me escondí.» El Señor le replicó: «¿Quién te informó de que estabas desnudo? ¿Es que has comido del árbol del que te prohibí comer?» Adán respondió: «La mujer que me diste como compañera me ofreció del fruto, y comí.» El Señor dijo a la mujer: «¿Qué es lo que has hecho?» Ella respondió: «La serpiente me engañó, y comí.» El Señor Dios dijo a la serpiente: «Por haber hecho eso, serás maldita entre todo el ganado y todas las fieras del campo; te arrastrarás sobre el vientre y comerás polvo toda tu vida; establezco hostilidades entre ti y la mujer, entre tu estirpe y la suya; ella te herirá en la cabeza cuando tú la hieras en el talón.» El hombre llamó a su mujer Eva, por ser la madre de todos los que viven. Palabra de Dios.
Salmo
Sal 97,1.2-3ab.3c-4
R/. Cantad al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas
Cantad al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas: su diestra le ha dado la victoria, su santo brazo. R/.
El Señor da a conocer su victoria, revela a las naciones su justicia: se acordó de su misericordia y su fidelidad en favor de la casa de Israel. R/.
Los confines de la tierra han contemplado la victoria de nuestro Dios. Aclama al Señor, tierra entera; gritad, vitoread, tocad. R/.
Segunda lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios (1,3-6.11-12):
Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en la persona de Cristo con toda clase de bienes espirituales y celestiales. Él nos eligió en la persona de Cristo, antes de crear el mundo, para que fuésemos santos e irreprochables ante él por el amor. Él nos ha destinado en la persona de Cristo, por pura iniciativa suya, a ser sus hijos, para que la gloria de su gracia, que tan generosamente nos ha concedido en su querido Hijo, redunde en alabanza suya. Por su medio hemos heredado también nosotros. A esto estábamos destinados por decisión del que hace todo según su voluntad. Y así, nosotros, los que ya esperábamos en Cristo, seremos alabanza de su gloria. Palabra de Dios.
Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Lucas (1.26-38):
En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David; la virgen se llamaba María. El ángel, entrando en su presencia, dijo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.» Ella se turbó ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquél. El ángel le dijo: «No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.» Y María dijo al ángel: «¿Cómo será eso, pues no conozco a varón?» El ángel le contestó: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios. Ahí tienes a tu pariente Isabel, que, a pesar de su vejez, ha concebido un hijo, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios nada hay imposible.» María contestó: «Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.» Y la dejó el ángel. Palabra del Señor.
COMENTARIOS A LAS LECTURAS DE LA SOLEMNIDAD DE LA INMACULADA 2019
Muchas veces se nos ha dicho que hablar de María es por lo menos, muy complicado, que es difícil asumir michos de los dogmas marianos y que es más bien peligroso acercarse a ellos por una posible caída en idolatría. Que es mejor ser cristocéntricos más que marianos. Pero, ¿realmente estorba la mariología en la cristología? Pienso, con el afirmar de la Iglesia que si algo puede ayudarme a cristocentrarme es, María. Y, hoy las lecturas nos llevan a esa imagen de María como la primera creyente, la absolutamente discípula y madre. Muchos dicen que dónde está María en la Biblia para decir que ella es inmaculada, que es santa, virgen, madre de la humanidad etc…Somos unos miopes, sí, los cristianos incluso somos miopes que no ven más allá de su nariz. Abre los ojos, la mente, el corazón, abre tu historia humana a la experiencia humana del Paraíso. Sí, porque es ahí donde la imagen de la mujer nueva aparece en contraposición de la mujer vieja. Si hay desobediencia por parte de Eva y de Adán, en Cristo (estirpe de la mujer nueva) y en María, hay asentimiento, confirmación del proyecto divino. Volver al Paraíso es volver al evangelio puro de la redención, donde el ser humano es rescatado por la estipe de la mujer. Si Eva cayó en manos del Mentiroso, la estirpe de la mujer nueva, pisoteará al Dragón, al embaucador. ya veis, afirmamos que es Jesús el que nos redimirá y no María, confirmamos que es lo que hay en el vientre virginal de la toda pura, María, quien es el autor de la redención, el compromiso de Dios con la humanidad. Herir a María es una locura, dejarla fuera de la experiencia cristiana es un error, porque es por ella, solo por ella, por donde llega al hombre la salvación. Sin el sí de María, el Paraíso se hubiera detenido en la muerte, pero por el sí de la esclava, de la amiga de Dios, el Paraíso continuó su camino hacia la plenitud de los tiempos que habría de llegar por el Hijo encarnado, Jesús. La Serpiente es el signo de la vida que se arrastra en la muerte, en el pie de la Virgen que pisa la cabeza del animal, está la fuerza del vientre materno lleno de vitalidad redentora. Dios ha querido hacer con el hombre una alianza eterna, a través del ser humano Dios se comunica. María, es una mujer, orgullosamente mujer, no débil, no manipulable, no esclava de nadie, con un cuerpo virginal por su ofrenda a una causa mayor: la humanidad redimida. Dejemos de asociar a María a un estado infantiloide, inmaduro, de vaivenes insuperables de equilibro, y pongamos a María en el centro de la historia del hombre pues con su ofrenda, el hombre tuvo la puerta abierta para el encuentro con el Señor de la vida: Cristo.
Mirar a María es una teología pura y una doctrina segura para nuestra fe, porque por ella, Jesucristo nos ha llenado de toda clase de bienes espirituales y celestiales, como nos dice hoy san Pablo. Hemos sido elegidos para la santidad. Cristo es quien santifica, María fue santificada por el Dios Uno y Trino. Preparada para la misión del evangelio, de la Palabra eterna del Padre. Ella es llenada de gracia, librada del pecado original, porque quien va a nacer de ella es santo y santo ha de ser el receptáculo que contendrá la semilla del Espíritu Santo. Ella es redimida ante de la historia para hacer de la historia actual y de todos los siglos, el espacio de santidad. ¿Miedo a ser santos? Quizá por eso, María ha pasado a un segundo plano, no queremos involucrarnos en lo santo. María nos recuerda la llamada a la santidad. Una santidad que no deja de ser en nosotros “alabanza de su gloria”.
Por ser la mujer fiel a Dios y a su voluntad en María se cumplen las profecías. Todas y cada de ellas en María cobran sentido y discernimiento. María está bajo la acción de la escucha. Sí, escucha lo que recibe y lo acoge, no lo niega, no lo cuestiona, no lo pone en duda fáctica, ¡no!, ella sólo acoge, recibe, acepta, convierte, se deja moldear y, todo el anuncio se cumple al pie de la letra. Y aquí entramos en un problema muy nuestro: la falta de escucha, de arriesgarnos a aceptar el proyecto de lo desconocido, pero bien conocido, que es Cristo. Tenemos pánico a ese encuentro contemplativo entre el Misterio de Dios y la naturaleza de nuestra nada. Se juntan dos realidades muy distintas y que sin embargo será asumidas por el Hijo en el vientre de María: ser hombre y Dios. Sí, por más que nos pese, en nosotros, gracias a la encarnación del Hijo de Dios en el vientre de María, lo divino se ha hecho humano y lo humano se ha hecho divino. No hay antagonismos, sino comunión, perfecta unidad de creación.
Todo el anuncio sobre María es el cumplimiento de la voluntad de Dios Trinidad sobre el hombre. Toda la humanidad queda envuelta y llamada a este “fíat” mariano.
Un sí circular, de amor concéntrico a Dios que estalla en donación de la Palabra. El hombre necesita escuchar la obra de Dios, pero no lo hacemos. Nos hemos vuelto sordos a la palabra divina. María, sin embargo, acoge esa palabra y la hace suya, se permite a sí misma la capacidad de aceptarla con gozo. Todo el “sí inmaculado” de María, es el fruto de respuesta humanizante a la realidad esclavizante de muchos hombres y mujeres del mundo que renuncian a su humana vivencia del ahora, de lo real. María es inmaculada y vive su realidad conscientemente, sabiendo los riesgos y asumiendo los retos. María no es la que huye, sino la que se queda, permanece de pie ante las situaciones para enfrentarlas con el amor del Hijo de su vientre.
Sí, María es Inmaculada, porque es toda de Dios, sin cicatriz alguna por voluntad divina. No es una privilegiada separada del grupo por sí misma, sino que es conservada por voluntad de Dios con el fin de a coger al Hijo, que es santo, puro. Tiene una misión su virginal concepción: ser sagrario para el Hijo del Dios Santo.
¿te avergonzarás de este sagrario? Ojala que no, porque renunciar al Sagrario María es renunciar a la encarnación del Hijo y a nuestra liberación.
Feliz domingo.
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