top of page

INHABITADOS POR LA SANTA TRINIDAD: somos lugares vivos.





LECTURAS DEL DOMINGO DE LA SANTA TRINIDAD (2019)

Primera lectura

Lectura del libro de los Proverbios 8, 22-31

Así dice la sabiduría de Dios: «El Señor me estableció al principio de sus tareas, al comienzo de sus obras antiquísimas. En un tiempo remotísimo fui formada, antes de comenzar la tierra. Antes de los abismos fui engendrada, antes de los manantiales de las aguas. Todavía no estaban aplomados los montes, antes de las montañas fui engendrada. No había hecho aún la tierra y la hierba, ni los primeros terrones del orbe. Cuando colocaba los cielos, allí estaba yo; cuando trazaba la bóveda sobre la faz del abismo; cuando sujetaba el cielo en la altura, y fijaba las fuentes abismales. Cuando ponía un límite al mar, cuyas aguas no traspasan su mandato; cuando asentaba los cimientos de la tierra, yo estaba junto a él, como aprendiz, yo era su encanto cotidiano, todo el tiempo jugaba en su presencia: jugaba con la bola de la tierra, gozaba con los hijos de los hombres.» PALABRA DE DIOS.

Salmo

Salmo: Sal 8, 4-5. 6-7a. 7b-9.

R. Señor, dueño nuestro, ¡qué admirable es tu nombre en toda la tierra!

Cuando contemplo el cielo, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que has creado, ¿qué es el hombre, para que te acuerdes de él, el ser humano, para darle poder? R. Lo hiciste poco inferior a los ángeles, lo coronaste de gloria y dignidad, le diste el mando sobre las obras de tus manos. R. Todo lo sometiste bajo sus pies: rebaños de ovejas y toros, y hasta las bestias del campo, las aves del cielo, los peces del mar, que trazan sendas por el mar. R.


Segunda lectura

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 5, 1-5

Hermanos: Ya que hemos recibido la justificación por la fe, estamos en paz con Dios, por medio de nuestro Señor Jesucristo. Por él hemos obtenido con la fe el acceso a esta gracia en que estamos; y nos gloriamos, apoyados en la esperanza de alcanzar la gloria de Dios. Más aún, hasta nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce constancia, la constancia, virtud probada, la virtud, esperanza, y la esperanza no defrauda, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones con el Espíritu Santo que se nos ha dado. Palabra de Dios.


Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Juan 16, 12-15

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Muchas cosas me quedan por deciros, pero no podéis cargar con ellas por ahora; cuando venga él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad plena. Pues lo que hable no será suyo: hablará de lo que oye y os comunicará lo que está por venir. Él me glorificará, porque recibirá de mí lo que os irá comunicando. Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso os he dicho que tomará de lo mío y os lo anunciará. PALABRA DE DIOS.


COMENTARIOS A LAS LECTURAS DEL DOMINGO DE LA SANTA TRINIDAD (2019)


La sabiduría es Dios, todo en Él es sabia respuesta de amor, profunda comunicación de ternura y misericordia. Dios habla y su palabra contiene toda la sabiduría ante la cual, ningún otro saber puede hacer frente a la luz que ésta irradia por ser naturaleza de divinidad. Todo en Dios Padre, Dios Hijo, Dios Espíritu Santo es creación sabia de un amor intensamente divino. Cuando Dios Trinidad crea, lo hace con total libertad, contundente respuesta donde no caben “si y no”, sino afirmación total o, negación total. Dios es Afirmación de sí mismo y, por ello, cuanto crea es naturalmente divino y sabio, siendo nuestra condición de hombres, lo más excelso y dotado de esa misteriosa presencia de la esencia divina.

Y, esta sabiduría divina toma cuerpo, se hace en lo temporal de la vida humana un eterno presente de amor infinito. Toda la vida humana queda envuelta en la Persona del Hijo Jesucristo, el cual muestra con signos, con miradas y acciones cuán sabio es Dios que ha creado al hombre y cuanto le rodea con el fin de embellecer los días, las horas de creación. Jesús está en el Padre desde el principio, es sabiduría substancial de la paternidad divina, es el Ungido del Espíritu, cuyos rayos de creación envuelven como fuerza y razón, corazón y voluntad. Así mismo el Cristo total es el que envía al Espíritu sobre la Iglesia, el que al hablar del “Abbá” llena el mundo de la paterna misericordia del Dios único y Verdadero, para poder, luego, como Iglesia decir aquello del Credo: “Dios verdadero, de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho”. Esta hermosísima verdad de nuestra fe nos capacita a los cristianos para ser un pueblo creyente, bajo la luz de la sabia acción divina. Dios no se muestra para atemorizarnos, ni coartarnos, sino para iluminar nuestro sendero. Dios habla en su Hijo, Dios Padre nos da el Espíritu como fuente de toda vida trinitaria. Eso somos: lugares vivos del Dios Trinidad.

Y, a esto parece tener el hombre de este siglo temor, a descubrirse como un lugar vital, inviolable, donde la vida es tonalidad fuerte del Dios viviente. Mejor quitar a Dios de la vida, llenar a ésta de ídolos que me dan y no me exigen más que lo que yo quiera dar, equivocaciones de muerte, donde renuncio a la vida y me apego a la pagana experiencia de vivir hueco, sin nada que albergar más que ideas, pensamientos que no son sino elucubraciones vacías que dan sed, que enloquecen e histerízan mis días. Volver a reconocerme como lugar de presencia, es entenderme en el camino eterno y sabio donde Dios me anhela encontrar.

A nuestro Dios Padre y Espíritu les conocemos por medio de la acción de la encarnación del Hijo de Dios. Será Jesús quien nos muestra al Padre, su rostro está ya impreso en la misma presencia del Maestro. La fe que promueve Jesús en él es una fe de por sí pneumática, porque sobre sus discípulos, el día de la Resurrección, exhalará su aire, su aliento transformador de corazones y de vidas. Creer en Jesús es obediencia al plan divino. Porque éste, es el proyecto de redención necesitado en la vida del hombre, creer a Jesús es creer al Padre que nos dio su promesa. Promesa encarnada, resucitada y, capacitada para no dejarnos solos, sino recibir el Espíritu de la Verdad, que es el que nos lo enseña todo. El acceso a la gracia, como bien dice san Pablo hoy, es Jesús. Toda la gracia contenida en Cristo es gracia divina del Espíritu. ¿Por qué es tan importante esto? Lógicamente, la importancia la da que el ser hombres creyentes y obedientes al Señor, estamos con la armadura del Santo, nos fortalece creer, tener una fe viva, concreta, real de un Dios que acompaña. Las tribulaciones, los malos momentos, al creer son vividos de otra forma: la forma del Espíritu, que en Jesús y con la autenticidad del sello Paterno, producirá “constancia, virtud probada, y ésta, esperanza, la cual no defrauda”. Quizá es esto lo que está atormentando más al hombre vivir, sin vivir, creerse vivo cuando lo que se está es muerto al no tener un corazón latiendo divinamente. Los que creemos no estamos defraudados y todo nos sirve para el bien; los que no creen, sobreviven sí, pero tristes, deprimidos, amargados…Volvamos a pedir por ellos para que entiendan que son lugares de viva presencia del Dios Trinidad. Gritemos con el corazón que el Espíritu es santo.

El Espíritu Santo oye, escucha…que buena virtud del Dios Trinidad: un Dios que escucha con el Espíritu de la verdad. Así, sólo la verdad es el lenguaje del Santo Espíritu. Oye de Jesús y por tanto, se convierte en escuela para la Iglesia. Una comunidad unida en la sola voz del Espíritu es un cuerpo con su esposo, Cristo y con el Padre.

El Padre actuó con la libertad de dar a su Hijo al mundo cuando la Sombra del Altísimo cubrió el seno de María. El Espíritu actuó, cubrió, fecundó las entrañas puras de la Inmaculada Madre. Y, en Jesús, surgen la unción profunda saliendo de las aguas del Jordán. Con voz potente se escucha” Este es mi Hijo, el amado, mi predilecto, escuchadlo” una verdadero hierofanía. Un Hijo ungido, una palabra autentica; un Espíritu obediente a su ser Dios de acción, escuela de caridad y santificación.

Glorificar a Dios Padre, al Hijo, al Espíritu es ser encendidos en la verdad del único Dios verdadero, porque entre ellos hay encuentro y relación, diálogo de amor y proyección del cosmos divino sobre el microcosmos del hombre. Sí, la humanidad necesita enterarse. No necesita viajar a la luna, no necesita gastar millones en conquistar Marte, el hombre, las sociedades necesitan saber que ellos son un universo de amor divino. Que la creación de todo el Universo es obra del Creador de la pequeña encarnación del hombre, como escribía Miguel de Unamuno. Dejar de huir para adentrarnos en la paz inmensa del Dios tres veces santo. Hagámoslo, entremos, seamos conscientes de ser inhabitados por la Trinidad y respondamos al mundo con esa fuerte experiencia del amor Uno y Trino.

FELIZ DOMINGO DE LA INHABITACIÓN TRINITARIA.

 
 
 

1 Comment


marimaite
marimaite
Jun 16, 2019

Sublime reflexion. Gracias

Like
SOBRE NOSOTROS

Somos una comunidad de principios y amor a todos nuestros hermanos y hermanas.

Se acerca el Señor, no te quedes lejos. Entra en el vientre de María y regocíjate, mira a Juan, el bautista y escúchale, porque él, como la Iglesia te dirá cuál es el camino que te dará la libertad

DIRECCIÓN 

 Cll 72A # 72A - 77

Bogotá, Cundinamarca

 

hermanosjesusredentor@gmail.com

SUSCRIBIRSE AQUÍ 
  • Facebook icono social
  • Icono social Instagram
  • Icono social de YouTube

COMUNIDAD MONÁSTICA HERMANOS DE JESÚS REDENTOR 

Todos los derechos reservados, 2019

444.png
bottom of page